Al inclinar la cámara, los ejes horizontal y vertical no coinciden con los de escena que aparece en la fotografía. Esto como mínimo produce cierta sensación de inestabilidad y falta de equilibrio, lo que puede ser utilizado como recurso expresivo. En el cine se emplea este ángulo para aumentar la tensión, pocas son las películas de terror o suspense en las que no encontramos este tipo de angulaciones.